Está claro que el aceite de oliva es uno de los productos agroalimentarios más consumidos de Europa, ingrediente imprescindible en la rica dieta mediterránea y, a la vez, uno de los elementos más codiciados por los paladares más sibaritas. Pero… ¿sabes que existen varios tipos de aceite de oliva?
El más preciado por ser de categoría superior es el AOVE o aceite de oliva virgen extra, obtenido directamente de las mejores aceitunas y con procedimientos mecánicos. Sin embargo, no todos los aceites del mercado son de este tipo, ni es el único destinado al consumo humano. Te explicamos las principales características de los distintos tipos de aceite de oliva.

Aceite de oliva virgen extra
Este tipo de aceite, llamado por sus iniciales AOVE, es el único que comercializamos en Pago de Riofrío. Se obtiene exclusivamente a través de procedimientos mecánicos. El producto obtenido posee enormes cualidades organolépticas y es el más recomendado por sus propiedades saludables.
Cumple además una serie de requisitos técnicos como un grado de acidez máximo del 0,8%. Debes tener en cuenta que a menor acidez, mayor calidad de la aceituna. Para conseguir este grado mínimo, se deben escoger los mejores frutos, aquellos que no estén picados, ni triturados o fermentados. Pero además, un AOVE de calidad debe tener un ínfimo grado de oxidación, contaminación que puede producirse en el proceso por alteraciones o manipulaciones indebidas del producto. De ahí que los mejores aceites de Córdoba mimen el trato que le dan a su materia prima.
En definitiva, el AOVE cumple una serie de parámetros que lo hacen erigirse como la estrella de los tipos de aceite. Y no solo de análisis químico se vale este estrellato, pues los catadores de aceite requieren un minucioso análisis organoléptico para detectar matices relacionados con el amargor, el sabor frutado o el pique característico del aceite de oliva virgen extra.
El aceite de oliva virgen extra se ha convertido en un superalimento gracias a sus antioxidantes naturales y a la presencia de vitamina E, oleocantal o escualeno, que otorgan al AOVE las condiciones de un fármaco natural para prevenir las enfermedades cardiovasculares.

Aceite de oliva virgen
A diferencia del AOVE, el aceite virgen suele tener un grado de acidez ligeramente superior a aquel, aun cuando su proceso de obtención es similar. No obstante, no solo la acidez marca el paso de un tipo de aceite de oliva a otro, sino que también debe superar la prueba organoléptica de la cata. Básicamente, un aceite de oliva virgen se diferencia de un AOVE en que el primero posee alguna merma en su sabor u olor. No obstante, su calidad puede ser muy buena y es un aceite ideal para cocinar, al tener un sabor más suave.
Igual que el aceite de oliva virgen extra, el virgen también se obtiene sin alteraciones químicas o térmicas, conservando por tanto sus componentes inalterados.
Lee nuestro siguiente post para descubrir qué es exactamente el aceite de oliva «a secas», el lampante y el aceite de orujo.